No, la Iglesia Católica no fue fundada por el emperador Constantino, sino por Jesucristo, quien instituyó a los apóstoles como sus sucesores y a Pedro como la "roca" sobre la cual edificaría su Iglesia (Mateo 16,18-19). Esa afirmación de que Constantino habría creado la Iglesia Católica es un error histórico común.
La Iglesia ya existía antes de Constantino
Desde el primer siglo, la Iglesia de Cristo ya estaba establecida. Podemos verificar esto tanto en las Escrituras como en los escritos de los primeros cristianos. En el Nuevo Testamento, los Hechos de los Apóstoles y las cartas paulinas muestran la organización de la Iglesia primitiva, con la celebración de la Eucaristía, la ordenación de obispos y presbíteros y la sucesión apostólica.
Además, los escritores cristianos de los primeros siglos ya hablaban de la Iglesia como "Católica". San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir del siglo II, ya usaba el término Iglesia Católica en su Carta a los Esmirniotas.
Ireneo de Lyon, uno de los primeros Padres de la Iglesia (siglo II), destacó la importancia de la sucesión apostólica para preservar la verdadera doctrina. Él afirmó que la Iglesia de Roma tenía una posición especial porque fue fundada por los apóstoles Pedro y Pablo. Para él, quien quisiera conocer la fe auténtica debía mirar a Roma, donde la tradición de los apóstoles se mantenía íntegra.
Además, Ireneo hizo algo fundamental: compiló una lista de los obispos de Roma, desde Pedro hasta su época, demostrando la continuidad de la sucesión apostólica.
Esto prueba que el término "Iglesia Católica" ya se usaba mucho antes del gobierno de Constantino, demostrando su continuidad desde los apóstoles.
¿Qué hizo realmente Constantino?
Constantino, que gobernó el Imperio Romano de 306 a 337, no fundó la Iglesia, pero tuvo un papel importante en la historia del cristianismo. Antes de él, los cristianos eran duramente perseguidos por el Imperio Romano. En el año 313, Constantino y Licinio firmaron el Edicto de Milán, que concedió libertad religiosa a todos, incluidos los cristianos.
Esto permitió que el cristianismo se practicara libremente, sin miedo a persecuciones. Con esa libertad, la Iglesia pudo expandirse más rápidamente y construir templos sin el riesgo de que fueran destruidos por el Estado.
El Concilio de Nicea y la verdadera fe
Otro punto que genera confusión es el Concilio de Nicea, celebrado en 325 y convocado por Constantino. Algunas personas alegan que fue en ese concilio que se creó la Iglesia Católica o que se inventó su doctrina. Eso no es cierto.
El Concilio de Nicea fue convocado para combatir la herejía arriana, que negaba la divinidad de Cristo. Los obispos reunidos reafirmaron lo que ya se creía desde los apóstoles: que Jesús es verdadero Dios y de la misma sustancia que el Padre. El Credo Niceno, que profesamos hasta hoy en la Santa Misa, provino de esa definición.
Por lo tanto, el concilio no "creó" la Iglesia ni inventó doctrinas, sino que simplemente aclaró y reafirmó lo que ya se enseñaba desde los tiempos apostólicos.
La Iglesia Católica es Apostólica
La Iglesia Católica tiene una sucesión apostólica ininterrumpida desde los tiempos de Cristo. El Papa, obispo de Roma, es sucesor directo de San Pedro, a quien Jesús confió la dirección de la Iglesia (Juan 21,15-17). Esa continuidad prueba que la Iglesia no comenzó con Constantino, sino con Cristo.
Los primeros cristianos ya vivían la fe católica, celebrando la Eucaristía, bautizando, ordenando sacerdotes y custodiando la Tradición Apostólica.

Jesucristo fundó la Iglesia
Jesús fundó la Iglesia y le dio a Pedro la autoridad para guiarla. La sucesión apostólica garantiza esa continuidad hasta hoy.

La Iglesia existía antes de Constantino
Desde el siglo I, los cristianos ya celebraban la fe, siguiendo a los apóstoles. Escritos antiguos prueban que la Iglesia Católica ya existía antes de Constantino.

El término "Iglesia Católica" es antiguo
San Ignacio de Antioquía, en el siglo II, ya usaba "Iglesia Católica" para referirse a la verdadera fe de los apóstoles.

La sucesión apostólica mantiene la fe
La Iglesia preserva la misma fe apostólica mediante la sucesión ininterrumpida de los obispos, especialmente el obispo de Roma, el Papa.
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Cristo fundó Su Iglesia sobre Pedro: Mateo 16,18-19
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Jesús confirma la misión de Pedro de cuidar de Su Iglesia: Juan 21,15-17
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El primer Concilio de la Iglesia, liderado por Pedro: Hechos 15,6-12
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La Iglesia ya existía antes de Constantino: Hechos 2,42-47; 1 Timoteo 3,15
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La sucesión apostólica es esencial para preservar la verdadera fe: 2 Timoteo 2,2; Tito 1,5
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La Iglesia de Roma tiene primacía por haber sido fundada por Pedro y Pablo: Romanos 1,7-8
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La fe verdadera se transmite por la Tradición apostólica: 2 Tesalonicenses 2,15; 1 Corintios 11,2
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San Ireneo de Lyon atestigua la sucesión de los obispos de Roma: Contra las Herejías, Libro III
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Los primeros cristianos ya llamaban a la Iglesia 'Católica': San Ignacio de Antioquía, Carta a los Esmirniotas
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El Concilio de Nicea reafirma la fe ya enseñada desde los apóstoles: Juan 1,1-3; Colosenses 2,9
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La Iglesia debe permanecer fiel a la doctrina recibida de los apóstoles: Judas 1,3; 1 Timoteo 6,20-21
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Cristo prometió que Su Iglesia nunca sería destruida: Mateo 28,19-20
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