Respuestas cortas:
1 La transubstanciación es el cambio del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo
2 La transubstanciación es la presencia real de Cristo en la Eucaristía
Respuesta avanzada:
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El párrafo 1413 del Catecismo de la Iglesia Católica, afirma que, por medio de la consagración realizada por el sacerdote (sacerdote o obispo), se opera la transubstanciación del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Aunque se mantienen el sabor, olor y las características físicas de pan y vino, su sustancia es completamente alterada (ya no es más pan, ya no es más vino, es Cristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad presente de manera real y verdadera, vivo y glorioso).


La Eucaristía es el centro de la fe católica, pues representa el sacrificio único de Cristo que es perpetuado y actualizado (se torna presente) en cada celebración de la misa. Según la Carta a los Hebreos, el sacrificio de Cristo es "único e irrepetible" (Hebreos 7,27; 9,26; 10,10). Esto significa que Cristo se ofreció una vez por todas por la salvación de la humanidad, y la Eucaristía hace presente este sacrificio sin repetirlo.


Jesús instituyó la Eucaristía durante la Última Cena, como relatan los Evangelios y las cartas de San Pablo. En aquella ocasión, Él tomó el pan y el vino y afirmó: "Esto es mi cuerpo... Esto es mi sangre" (Mateo 26,26-28; Lucas 22,19-20; 1Corintios 11,23-25). Así, Jesús dio a los apóstoles y a toda la Iglesia el mandato de celebrar la Eucaristía en memoria de Él, perpetuando Su sacrificio a lo largo de los siglos.


En Juan 6, Jesús se presenta como el "Pan de Vida", diciendo: "Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; quien coma de este pan vivirá eternamente" (Juan 6,51). Él es "verdadera comida y verdadera bebida" (Juan 6,53-56), no solo un símbolo, sino la presencia real de Cristo en la Eucaristía.


Al participar de la Eucaristía, no solo recordamos el sacrificio de Cristo, sino que nos hacemos parte de él. San Pablo afirma que, al comer el pan y beber del cáliz, participamos del cuerpo y sangre de Cristo (1Corintios 10,16-17). Cada vez que se celebra la Eucaristía, el sacrificio de Cristo es hecho presente, como Él mismo instruyó: "Hagan esto en memoria de mí" (Lucas 22,19).


La Eucaristía es también el nuevo pacto en la sangre de Cristo (Lucas 22,20; 1Corintios 11,25), renovando la alianza entre Dios y la humanidad. Al comulgar, somos llamados a estar en estado de gracia, pues, como nos advierte San Pablo, quien come y bebe indignamente, "come y bebe su propia condenación" (1Corintios 11,27-29). Por tanto, la Eucaristía exige reverencia y preparación espiritual, ya que en ella Cristo se hace presente en toda su plenitud.


En resumen, la Eucaristía es el misterio de la fe donde el pan y el vino, por medio de la transubstanciación, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, perpetuando Su sacrificio redentor y uniéndonos a Él en comunión.

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Transubstanciación: El Misterio de la Fe

Transubstanciación: El Misterio de la Fe

En la Eucaristía, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo mediante la transubstanciación, realizada por la consagración del sacerdote. Aunque las características físicas permanecen, Cristo está presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (CIC 1413).

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El Sacrificio Único y Perpetuo de Cristo

El Sacrificio Único y Perpetuo de Cristo

La Eucaristía actualiza el sacrificio único e irrepetible de Cristo, como enseña Hebreos (7,27; 9,26). En cada misa, somos llevados al misterio de la redención, donde el sacrificio de Jesús es hecho presente sin ser repetido.

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Comunión y Preparación para el Cuerpo de Cristo

Comunión y Preparación para el Cuerpo de Cristo

Al comulgar, nos unimos a Cristo y renovamos la alianza con Dios (1Corintios 11,25). San Pablo enseña que debemos estar en estado de gracia, pues quien comulga indignamente "come y bebe su propia condenación" (1Corintios 11,27-29).

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Referencias
  • CIC 1322 - 1419

  • El sacrificio de Cristo es único e irrepetible: Hebreos 7,27; 9,26; 10,10

  • Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena: Mateo 26,26-28; Marcos 14,22-24; Lucas 22,19-20; 1Corintios 11,23-25

  • Jesús es el Pan de Vida: Juan 6,35; 6,48-51

  • El Cuerpo y la Sangre de Cristo son verdadera comida y bebida: Juan 6,53-56

  • La celebración de la Eucaristía perpetúa el sacrificio de Cristo: 1Corintios 11,26

  • Participar de la Eucaristía es participar del cuerpo de Cristo: 1Corintios 10,16-17

  • Cristo es sacerdote eterno y único mediador: Hebreos 5,5-6; 7,24-25

  • La presencia real de Cristo en la Eucaristía: Juan 6,51-56

  • La Eucaristía es el nuevo pacto en la sangre de Cristo: Lucas 22,20; 1Corintios 11,25

  • Cristo nos instruye a celebrar Su memoria: Lucas 22,19; 1Corintios 11,24

  • Quien come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación: 1Corintios 11,27-29

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