1 Sí, los católicos creen en la vida eterna. La fe en la vida eterna es uno de los pilares centrales de la doctrina católica, fundamentada en las Escrituras y enseñada por la Iglesia. Los católicos creen que la vida eterna es un don ofrecido por Dios a todos aquellos que creen en Jesucristo y viven en comunión con Él. Esta promesa se repite a lo largo del Nuevo Testamento, como en el Evangelio de Juan, donde Jesús afirma que “quien cree en mí tiene vida eterna” (Jn 6,47) y “Dios amó tanto al mundo que entregó a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16).
Esta creencia también está profundamente arraigada en las enseñanzas de la Iglesia Católica, tal como se expresa en el Catecismo de la Iglesia Católica. La Iglesia enseña que, a través de los sacramentos, especialmente el Bautismo, los fieles son incorporados a la vida de Cristo, siendo así llamados a compartir la vida eterna. La vida eterna se entiende como la comunión plena y definitiva con Dios, donde aquellos que perseveran en la fe y en las obras de amor podrán participar de la gloria celestial. La Iglesia ve la vida eterna no solo como una continuidad de la vida después de la muerte, sino como la unión perfecta con Dios y la participación en la vida divina.
Además, los católicos creen que el destino eterno del alma está determinado por la forma en que vivimos nuestra fe en este mundo, siguiendo las enseñanzas de Cristo. La vida eterna, entonces, es tanto una promesa como un incentivo para vivir en santidad, siempre buscando el amor a Dios y al prójimo, tal como enseñan los Evangelios y se refuerza en los sacramentos.
Por lo tanto, la esperanza en la vida eterna es una de las grandes promesas de la fe católica, ofreciendo a los fieles no solo consuelo frente a la muerte, sino también un propósito para la vida, orientado al deseo de alcanzar la comunión eterna con Dios.
