Rezamos el Padre Nuestro porque esta es la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, como se registra en los Evangelios (Mateo 6,9-13 y Lucas 11,2-4). Esta oración, según el Catecismo de la Iglesia Católica (§2759-2865), es considerada "la oración perfecta", expresando de manera completa todo lo que necesitamos pedir a Dios, con la confianza de hijos amados. Al llamar a Dios "Padre", reconocemos nuestra filiación divina y nos unimos a Él con confianza, entendiendo que somos una sola familia, hermanos y hermanas en Cristo.
El Padre Nuestro es un resumen del Evangelio y de las enseñanzas de Jesús. Cada petición nos acerca a Dios y nos enseña a vivir según Su voluntad. Por ejemplo, cuando decimos "Santificado sea tu nombre", pedimos que el nombre de Dios sea honrado en nuestras vidas, como Cristo lo demostró en su obediencia al Padre. La petición "Venga a nosotros tu reino" expresa el deseo de que el amor y la justicia de Dios transformen el mundo, mientras que "Hágase tu voluntad" indica nuestra entrega y aceptación de que la voluntad de Dios es para nuestro bien y salvación.
Pedir "el pan nuestro de cada día" refleja nuestra confianza en la providencia de Dios para las necesidades diarias, materiales y espirituales. Y, al implorar perdón ("Perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden"), somos llamados a vivir el perdón que recibimos, imitando la misericordia del Padre. Por último, "No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal" es una petición de protección y fuerza para evitar el pecado y seguir en el camino del bien.
Mateo 6,9 - 13
Lucas 11,2 - 4
CIC 2759 - 2865
